La investigación reciente muestra qu la adquisición precoz de las lenguas extranjeras tiene implicaciones en la estructura del cerebro.
La investigación de los detalles de "cerebro bilingüe" es un tema atractivo y mediático. Basta mencionar las muchas cuestiones que surgen en este contexto: ¿cómo puede el cerebro acomodar múltiples idiomas? ¿Es el cerebro bilingüe diferente del cerebro monolingüe? ¿Cómo cambia el cerebro bajo la influencia del aprendizaje de un segundo o más idiomas? Estudios neurocognitivos recientes, en relación con el trabajo sobre la percepción, la memoria y la atención, demostraron neuroplasticidad cerebral permanente en el aprendizaje de idiomas para adultos que no se podía imaginar hace unos años. El desarrollo de la neurociencia cognitiva desde la década de 1990, y el uso de métodos de neuroimagen que están progresando muy rápidamente revelaron una organización más compleja y distribuida de las funciones del lenguaje en el cerebro.
Entre los diversos métodos de formación de imágenes del cerebro, dos son particularmente utilizados: resonancia magnética funcional (fMRI), que se basa en cambios en el flujo sanguíneo en diferentes áreas del cerebro, y el análisis eléctrico del cerebro pro recolección de diferentes ondas, potenciales evocados (EP) grabadas en la superficie del cuero cabelludo a través de electrodos.
La pregunta central de la investigación de imágenes (fMRI) es si el tratamiento de la lengua nativa (L1) y segunda lengua (L2) o no implica los mismos sistemas cerebrales. Una de las investigaciones fundadoras es la de Karl Kim (1), centrada en el papel de la edad de adquisición. Dos grupos bilingües fueron comparados: los bilingües precoces que aprendieron ambos idiomas en la primera infancia, y los bilingües tardíos quienes fueron expuestos a un segundo idioma al entrar en la edad adulta. En bilingües precoces, los dos idiomas conducen a activaciones en la misma región del área de Broca, mientras que, en los bilingües tardíos, L1 y L2 han activado regiones vecinas, pero diferentes. Estos resultados llevaron a los autores a concluir que la edad de adquisición afecta a la organización funcional del lenguaje en el cerebro, especialmente el área de Broca.
Recientemente, otros estudios han llegado a conclusiones diferentes, esta vez centrándose en el nivel de dominio de una segunda lengua (y no en la edad de adquisición). Según Arturo Hernández y Ping Li (2), los sujetos con alto control de su bilingüismo activan las mismas áreas del cerebro, independientemente del idioma que hablen o escuchen. Por el contrario, aquellos que dominan de manera menos importante la segunda lengua activan diferentes áreas, aún más en comprensión que en producción.
Algunas investigaciones muy recientes se enfocan en el grado de similitud entre los idiomas de los bilingües, especialmente en la morfología. En una síntesis reciente (3), algunos investigadores concluyen que las áreas activadas son los mismas cuando hay similitud entre los idiomas.
Del punto de vista funcional, un descubrimiento fundamental radica en el hecho de que ambos idiomas están constantemente activados y disponibles. Para evitar la interferencia de las actividades ejecutivas de control (inhibición, la atención selectiva, cambio de velocidad) son requeridos y proporcionados por una red de estructuras que implican la corteza prefrontal. La red está configurada muy temprano en bilingües simultáneos.
Cambios estructurales
La experiencia bilingüe tiene un impacto en las estructuras anatómicas del cerebro. Toda la cuestión es saber cuáles son los efectos. ¿Ser bilingüe ayuda a aprender mejor, recordar mejor, concentrarse mejor o pensar mejor? ¿O por el contrario lo hace enlentece ciertas adquisiciones?
Trabajos recientes de Ellen Bialystok y sus colegas (4) han mostrado la ventaja de los bilingües en el control ejecutivo (planificar, cambiar de una tarea a otra o multiplicar los puntos de atención...). Los bilingües de 5 a 9 años de edad superan a los monolingües bilingües en tareas metalingüísticas donde hay que decidir que la gramática es correcta a pesar de la falta de sentido de la frase, lo que es difícil a esta edad donde el sentido es potente. Muchas de las tareas cognitivas que implican pistas conflictivas o cambios de reglas de una prueba a otra, son dominadas de manera precoz por los niños bilingües.
El bilingüismo también tiene efectos neurocognitivos durante toda la vida, ayudando a contrarrestar la disminución del volumen de materia gris en el envejecimiento. La investigación ha demostrado que el bilingüismo retrasa de cuatro a cinco años la aparición de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. En comparación con el monolingüe, la hipótesis es que la experiencia bilingüe prolongada a mantendría la integridad de la materia blanca incluyendo el cuerpo calloso y una conectividad funcional mayormente distribuida en las regiones frontales. Los mecanismos neurales que subyacen a esta protección siguen siendo desconocidos, tampoco está claro si la práctica de varios idiomas puede aumentar esa protección.
En conclusión, el estudio de la neuroplasticidad en función de la adquisición bilingüe preconiza la enseñanza de idiomas de manera precoz, al mismo tiempo que proporciona una ventana sobra la capacidad de adaptación del cerebro humano y la cognición.
Artículo escrito por Michèle Kail, directora de investigación en el CNRS, especialista en la adquisición del lenguaje. Publicado en Humanidades Mensual No. 274 - Septiembre-octubre 2015 - El niño y el lenguaje - 6 € 50